¿Cómo descubriste tu pasión por el perfume? ¿En qué momento supiste que querías dedicarte a ello?

Desde muy joven, siempre fui sensible a los perfumes que me rodeaban.
Fue durante un puesto en cosmética en Dragoco cuando descubrí el oficio de perfumista-creadora.

¿Qué es lo que más te motiva en la creación? ¿Cuáles son tus fuentes de inspiración y tus materias primas favoritas?

Lo que me motiva son las emociones que surgen cuando descubro un acorde original y agradable, la creatividad, simplemente.
Cuando se me ocurre una idea de nuevo acorde, se convierte en una verdadera fuente de inspiración que luego traduzco en papel y en fórmula.

Mis materias primas favoritas son la rosa, el jazmín, los cítricos afrutados y las notas verdes.
También me gustan la vainilla, la heliotropina, el haba tonka y los almizcles.

¿Cómo sabes que un perfume está logrado?

Cuando las emociones que me provoca desde el primer “pschitt” siguen sorprendiéndome al día siguiente, con su estela y sus notas de fondo.

¿Qué te sedujo del enfoque de la marca?

Lo que me sedujo del enfoque de la marca es la sensibilidad olfativa que comparto con Sylvaine Delacourte. Siempre estamos en la misma sintonía.

¿Qué reto particular enfrentaste al trabajar en Vahina?

Trabajar la flor de azahar como un néctar, con sus efluvios envolventes y embriagadores, tal como se sienten en la naturaleza.

¿Qué emoción te gustaría que las personas sintieran al descubrir Vahina?

Me gustaría que la gente sintiera que está pasando bajo un naranjo en plena floración.

¿Tienes un recuerdo olfativo marcado de tu infancia?

Varios perfumes de Guerlain que usaba mi madre.
El olor del jazmín, la rosa y la madreselva en verano, en las calles de Damas.

Por último, ¿cuáles son tus pasiones fuera del perfume?

La música en todas sus formas: clásica, jazz o pop.
Los viajes en la naturaleza y el descubrimiento de las civilizaciones.